Hace unos días se anunció a la ciudadanía la posibilidad de poder obtener la póliza del SOAT en formato digital. Las ventajas de este desarrollo tecnológico son muchas: contar con la póliza en cualquier momento, evitar falsificaciones y lograr un mayor seguimiento a los propietarios de vehículos que permita identificar posibles evasiones de esta obligación. En últimas, se aumenta la protección y la seguridad de los conductores y de la ciudadanía en general.

No obstante, el uso de medios digitales también presenta desafíos para los usuarios y las empresas, varios de ellos relacionados con el uso de información personal. Algunos de los puntos a tener en cuenta en relación con este tema son:

  1. Información personal contenida: esta nueva tecnología da lugar a que las empresas aseguradoras hagan una valoración de la información a ser incluida y delimiten la información disponible en las pólizas. Estos son documentos públicos que no deben exponer información de forma indiscriminada y sin apego a las finalidades. De allí, que hacia el futuro las aseguradoras se vean más convocadas a fortalecer sus criterios de tal manera que la innovación venga de la mano de la seguridad y uso razonable y adecuado de los datos. Un objetivo estratégico evitar que se vulnere la privacidad de sus clientes.
  2. Acceso a la información: aunque la información esté en medio digital su acceso debe seguir siendo limitado para las finalidades señaladas en la ley y aceptadas por los clientes. Esto debe llevar a la creación de mecanismos que aseguren que terceros no accederán indiscriminada y libremente a información de carácter reservado.
  3. Seguridad de la información: Es una realidad en la actualidad las pólizas y su contenido son vulnerables a ataques informáticos. No por esto la tecnología debe dejar de utilizarse, pero es necesario evaluar las medidas que protegerán a esta información y limitarán posibles violaciones de los sistemas que soportan esta digitalización.

El seguimiento de este tipo de recomendaciones permite prever posibles riesgos y reducirlos al máximo. De no hacerlo se puede generar temor en los usuarios por el libre acceso a su información y las posibles violaciones a su privacidad. Lo anterior puede terminar llevando a que la ciudadanía opte en su mayoría por tener su póliza de SOAT solo en papel.

Por lo tanto, solo valorando los riesgos inmersos en el uso de la información personal, que permitan llevar a una correcta implementación, se puede asegurar el éxito de un esfuerzo tecnológico respaldado o mejor impulsado por el Ministerio de Transporte, que puede traer muchos beneficios a los colombianos.